20 de marzo de 2009

la sincronia de la antilatitud

Eduardo salió de la ducha y se paró frente al espejo.

Se puso la crema de afeitar, comenzó a pasársela por la cara. Su cuerpo estaba ahí, pero su mente estaba en otro lado. En el mismo lugar que había estado durante las últimas seis semanas.

Un “Hola” proveniente de algún lado lo sacó de su estado de distraccion.

Giró la cabeza en un acto reflejo, pero obviamente no encontró a nadie. La voz le parecía extremadamente familiar.

-Acá, Eddy, en frente tuyo –volvió a escuchar.

Casi con temor miró hacia delante y se encontró con la triste imagen de sí mismo que el espejo le devolvía.

-Sí wey, soy yo el que te habla…o eres tu???, como quieras llamarle…tanto tiempo ¿no? –le dijo su reflejo.

La sensación de temor cambió inmediatamente por una mezcla de sorpresa, vergüenza y culpa.

-Me tenienes olvidado cabron! –le dijo el del espejo con un tono que mezclaba el reproche con el dolor.

-No...bueno…un poco… tu sabés como viene la mano... -respondió Eduardo.

-Sí, claro que lo sé. Me acuerdo como nos gustó la pendeja esa el día que la conocimos.

-Y bueno, entonces me entiendes.

-Tu dijiste “mas que una mamcita, es un ángel”….y yo te dije “aguanta cabron!… andate con cuidado”, pero a partir de ahí te cortaste solo y te olvidaste de mí.

-Oye…no estoy para reproches… estoy hecho una reverenda mierda...
No estaba preparado para perderla... No puedo olvidarla...

-Eddy…todos estamos preparados para perder cualquier cosa y para seguir adelante.
Lo que no podemos es olvidarnos de nosotros mismos. Y cabron, tu te olvidaste completamente de mí. –le dijo el espejo.

-Sí, puede ser…

-!hay no mames! como que puede ser? ¿puede ser?...¿Cuántas veces estuviste parado aqui mismo en frente de mi y ni siquiera me miraste? ¿Cuántas veces intenté empezar a hablarte y ni siquiera me escuchaste?

-Es que ella era todo…

-EDUARDO ¿Estas tu consciente de que yo soy la única persona que realmente puede ayudarte?

-no... la verdad nadie puede ayudarme…la necesito tanto.

-Claro que nadie puede ayudarte. Nadie que esté afuera o a tu lado puede ayudarte. Solo te puedes ayudar TU!!!! . Y yo soy TU….dame chance Eddy, por favor…

-Es que sin ella no soy nada…

Los ojos de Eddy comenzaron a humedecerse y su voz comenzó a sonar entrecortada.

-¡mmmta madre cabron!!, mirame! –le dijo la imagen del espejo con voz firme y enérgica.

Eduardo siguió mirando hacia abajo mientras sus lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas.

-¡Eduardo, que la rechingada, ponme atencion carajo! ¡Mirame a los ojos, chingao!!
–le gritó el espejo.

Levantó la vista y sus tristes ojos se encontraron con la imagen de otros dos ojos que sacaban chispas.

-¿De cuántas no hemos salido juntos, pendejito? ¿Cómo se te ocurre pensar que de ésta no vamos a salir también? –dijo su reflejo.

-Es que no sé…

-Eddy…no quiero enojarme contigo –le dijo su imagen –pero ¿es que perdiste la memoria? ¿Te olvidaste todas las que pasamos y lo bien que nos fue?

-No…no es que me haya olvidado, pero…

-¿Ya te olvidaste toda las veces que fuimos juntos a dar un examen sin saber un carajo…y lo bien que la libramos?? Y eso que decíamos “Nos va a cargar la chingada!, ya valimos madre!”… pero cuando estábamos bien en sintonía uno con el otro no nos hacía mierda nadie.

-Es verdad –dijo Eddy secándose una lágrima.

-¿Y te acuerdas lo que lloramos juntos aquella tarde en el Hospital?...pero bueno…la vida nos tira palos que hay que soportar a veces….pero si despues de esa seguimos vivos… ¿cómo no nos vamos a para de esta?

Si tantas veces aprendimos que lo que no nos mata nos hace más fuerte…¿no nos vamos a olvidar ahora de eso o si?

Eduardo se paró más derecho frente al espejo y mirando a su imagen a los ojos dijo:

-Perdoname

-¿Qué tengo que perdonarte?

-De que me olvide totalmente de ti…. por haberte dejado totalmente de lado poniendo todos mis sentidos en otra persona.

-No tengo nada que perdonarte….solo que me partía el alma verte tan desorientado, tan triste, tan dependiente…y no poder hacer nada. Me quedé afónico de gritarte, pero tu nunca me escuchaste...

-No es tarde para que arranquemos juntos de nuevo ¿verdad?

-¿Tarde? ¿Cómo va a ser tarde? Nunca es tarde.

-¿Sabés de que me estoy acordando? –preguntó Eddy.

-¿De qué? –le respondió su imagen.

-Del día que nos quisieron asaltar y tu me dijiste “Quedate quieto, cabron! ni una palabra!”….creo que me salvaste la vida…

-Sí…pero tuve motivos egoístas para hacerlo.

-Hahahaha…que cabron me saliste!! –se rió Eddy.

-hhahahahaha… -rió también el espejo.

-También me acuerdo cuando nos peleamos con el tipo aquel...

-De eso te acordaras tu!….yo ya me olvidé…

-hahahaha no entonces asi lo dejamos hahahahah

Ambos se quedaron mirando el uno al otro, hasta que la risa fue desapareciendo, convirtiéndose en una sonrisa alentadora.

-¿Y entonces weye? ¿Vamos pa adelante? –dijo la imagen reflejada.

-Obvio que vamos, papá!! –respondió Eddy.

Y así siguieron ambos, pasándose espuma por la cara…y luego la hojita cuidadosamente, en una sincronización perfecta. Ya no eran dos. Ya eran otra vez uno, pero habiéndose reencontrado el uno con el otro.

Eduardo terminó de afeitarse, se secó la cara, se vistió y se contemplo con orgullo, amor propio y admiración.

Se disponía a abandonar el baño cuando volvió a girar y miró otra vez sus ojos en el espejo.

-Una cosa más –dijo Eddy.

-¿Qué? –respondió su imagen.

-Feliz día del amigo.



p.d. eddy yo se que todo estara mejor, solamente hay que llevarnoslo un dia a la vez,

p.d.2 phasthelitto ni modo no fue bueno pero fue lo mejor y ya vez... no me equivoque hasta luego

1 comentario:

  1. Muy buena historia, la verdad es que si, de una u otra forma aprendes a llevar la vida recuperandote por ti solo. Gracias me hiciste el dia,

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